Introducción
Internet de las Cosas (IoT) se refiere a un vasto número de “cosas” que se conectan a Internet para que puedan compartir datos con otras cosas – aplicaciones para IoT, dispositivos conectados, máquinas industriales y más. Los dispositivos conectados a Internet utilizan sensores integrados para reunir datos y, en algunos casos, realizar acciones con ellos. Los dispositivos y máquinas conectados a Internet pueden mejorar nuestra forma de trabajar y de vivir.
El término “Internet de las Cosas” fue acuñado por el empresario Kevin Ashton, uno de los fundadores del Centro Auto-ID del MIT. Ashton era parte de un equipo que descubrió cómo vincular objetos a la Internet a través de una etiqueta RFID. Él utilizó por primera vez la frase “Internet de las Cosas” en una presentación en 1999 – y se ha arraigado entre nosotros desde entonces.
Ashton puede haber sido el primero en utilizar el término Internet de las Cosas,
pero el concepto de los dispositivos conectados – en particular máquinas
conectadas – se ha venido usando por algún tiempo. Por ejemplo, las
máquinas se han comunicado entre sí desde que se crearon los primeros
telégrafos eléctricos a finales de la década de 1830. Otras tecnologías
que se amalgamaron a IoT fueron las transmisiones de voz por radio, las
tecnologías inalámbricas (Wi-Fi), y el software de control de
supervisión y de adquisición de datos (SCADA, por sus siglas en inglés).
Luego en 1982, una máquina modificada de Coca-Cola en la Universidad
Carnegie Mellon se convirtió en el primer aparato inteligente conectado.
Utilizando la red Ethernet local de la universidad, o ARPANET –
precursor de la Internet actual –, los estudiantes podían saber qué
bebidas había en existencia y si éstas estaban frías.
Hoy en día vivimos en un mundo donde hay más dispositivos conectados a la IoT que seres humanos. Estos dispositivos y máquinas conectados a IoT van desde artefactos de vestir como relojes inteligentes hasta chips RFID para control de inventario. Los dispositivos conectados a la IoT se comunican a través de redes o plataformas basadas en la nube conectadas a Internet de las Cosas. Los insights en tiempo real que se obtienen de estos datos recolectados de la IoT alimentan la transformación digital. Internet de las Cosas promete muchos cambios positivos en las áreas de la salud y la seguridad, operaciones de negocios, el quehacer industrial, y en aspectos ambientales y humanitarios a nivel global.